En la conferencia de prensa vespertina del 12 de mayo de 2020, Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó que, como parte de la política sanitaria del gobierno federal, se ha logrado una significativa expansión del Sistema Nacional de Salud. Específicamente como parte del plan para enfrentar la epidemia de COVID-19, con base en modelaciones matemáticas, se previeron distintos escenarios de intensidad epidémica para, a partir de ellos, calcular los recursos, sobre todo camas y ventiladores, que serían necesarios para atender a las personas contagiadas y poder distribuirlos de manera eficiente entre las unidades de salud una vez que termine la epidemia. En el escenario más grave, durante el momento de máxima transmisión, se calculó que habrían hasta 12 mil 500 personas con necesidad de hospitalizarse al mismo tiempo, y por tanto habría que tener 12 mil 500 camas disponibles. Posteriormente, se identificó un patrón de distribución heterogénea en donde cada componente de la epidemia a nivel territorial empezaría a tener su propia dinámica, siendo la CDMX la entidad más afectada y la que tendría la mayor intensidad de transmisión. Esto llevó a un modelo alternativo cuyas proyecciones, haciendo a un lado a la CDMX, indicaban un 60% menos de hospitalizaciones de lo que originalmente se contempló, y por tanto a un 60% menos de camas ocupadas. Respecto a los ventiladores, la a sincronía de la epidemia en los estados ha permitido redistribuir los recursos COVID, es decir ventiladores, monitores y personal de salud especializado que sepa operar el equipo médico. Esto significa que, en un momento dado, por ejemplo, cuando Guadalajara o Monterrey empiecen a tener una transmisión intensa, podrán ponerse a disposición recursos desde la CDMX porque previsiblemente ya estaría en el descenso de contagios.
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