Las estadísticas de contagios y defunciones por COVID-19 llegaron a un punto crítico de aumento entre mayo y junio de 2020. En esos meses, el Subsecretario de prevención y promoción de la salud, Dr. Hugo López-Gatell, advirtió sobre la llegada de una segunda ola de contagios y defunciones por Covid-19 desde octubre del mismo año y hasta abril de 2021, debido a la temporada invernal en el hemisferio norte. Agregó que esta segunda ola tendría lugar al mismo tiempo que la temporada de influenza. El 20 de octubre de 2020, el funcionario reconoció la presencia de “señales tempranas de un repunte” de la epidemia de COVID-19. El 11 de noviembre de 2020 se refirió así mismo a una “segunda oleada epidémica” en donde se ha visto una menor mortalidad, más exactamente letalidad. Al respecto el Dr. Hugo López-Gatell precisó lo siguiente: “La diferencia entre estos dos términos es un aspecto técnico, pero la interpretación es importantísima. La letalidad es el riesgo de morir si se padece una enfermedad, en este caso COVID-19; la mortalidad es el riesgo de que una persona en una población determinada muera por esa causa. Entonces, hemos visto que la proporción o la razón de letalidad es menor para varios países en este segundo ciclo epidémico. Y hay varias razones que están siendo analizadas, algunas tienen que ver, y aquí lo quiero destacar para México con una mayor prontitud de acceso a los servicios de salud. Los casos de contagio por COVID-19 han aumentado, pero se registra menor letalidad, entre otras razones, porque hay mayor prontitud en el acceso a los servicios de salud”.
El Subsecretario López-Gatell abundó de igual manera en el enfoque de la política de mitigación. En un primer momento se implementó la Jornada Nacional de Sana Distancia, una medida que restringe la movilidad en los espacios públicos, que no es de tipo coercitivo para no exacerbar las desigualdades que colocarían en clara desventaja a ciertos sectores de la población mexicana y que concluyó el 31 de mayo de 2020. Actualmente, en la fase conocida como nueva normalidad, las autoridades de salud estatales deciden, según los contextos y necesidades de cada entidad federativa, las medidas a implementar tales como el retorno a la suspensión de actividades económicas no esenciales.
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