La usurpación de identidad puede tener consecuencias graves, que pueden requerir de tiempo y recursos económicos para resolverse. Algunos ejemplos de posibles daños son:
Contratar créditos o servicios a tu nombre, lo que puede dañar tu historial crediticio o afectar tu patrimonio.
Acceder a tus cuentas bancarias y causarte un daño económico importante.
Hacer publicaciones en Internet a tu nombre, o enviar información a tu lista de contactos y dañar tu imagen pública y tu reputación.